La Mirada Nómada es: aquella que observa a su alrededor, la que vé todo como novedad, la que guarda las imagénes porque sabe que el camino debe continuar.
La mirada, de un nómada, abierta al mundo que le rodea.

jueves, 1 de enero de 2009

FUNERAL

Que busca el ser humano con mayor insistencia que la inmortalidad del presente, que todo se quede como está, que no cambie nada y que sea eternamente igual de bueno que en ese momento que aspiramos a la inmortalidad. Porque nadie querría la inmortalidad si fuera un castigo, una tortura, sólo buscamos la inmortalidad cuando estamos realmente bien, felices.

A uno le gustaría asistir a su propio funeral, saber cómo se comportarían las personas que te quisieron en vida, qué ocurriría después, si hablarían de lo bueno que eras, de lo que te echarán de menos, de la necesidad de que siguieras vivo. Seguramente por la inmediatez del instante te podrías ir al otro barrio feliz, viendo como te echan en falta y eso que acabas de morir, de la infelicidad que produce tu ausencia en los seres que te rodeaban.

La cuestión cambia si volvieras a los tres meses, a los seis meses. Quiénes de aquellos que lloraron, que maldicieron la injusticia de la vida, aquellos que golpearon la piedra con la que cerraron tu cuerpo para casi siempre, ¿quién seguiría mordiéndose los labios cada vez que viniera tu recuerdo a su mente?

La antigua felicidad que sentiste en el día de tu funeral, se desvanecería a ver que la mayoría de aquellos que te acompañaron en el último día, apenas te recuerda, que no sólo eres un muerto sino además un olvido, un fantasma que no regresa ni en los días que te deben recordar.
Has desaparecido, ya no existes, eres un recuerdo en las personas que vivieron algún día y que tú olvidaste como tú ahora eres olvidado. La vida está hecha de vida, la muerte se pudre en la soledad y desaparece con el tiempo.

¿Cuántos se han ido y nadie los recuerda?

Aquellos abuelos que eran demasiado mayores, que asustaban con su estatura, con su cara arrugada en la que siempre faltaba la sonrisa y que continuamente se secaban las lánguidas lágrimas de los ojos que no se atrevían a llorar en público.

Aquellos padres que nos hicieron huérfanos demasiado jóvenes, aunque tuviéramos la edad que en su día tuvieron cuando se fueron sus padres, nuestros abuelos.

Aquellos hermanos que siempre fueron demasiado niños o demasiado mayores para que nos entendiéramos, que nos quitaban la ropa o a los que quitábamos sus juguetes.

Aquella pareja que era para toda la vida y que nos abandonó dejándonos en total soledad, sin saber con quién hablar, a quién podíamos abrazar por las noches y a quién podíamos dar los buenos días.

Aquellos amigos que un día se fueron, sin despedirse, sin un último abrazo y que nos dejaron con un pedazo menos de corazón, sin esas voces que tan felices nos hacían al descolgar el teléfono; sin sus palabras que nos comprendían.

A todos ellos nunca pudiste decirles que no tuvieran miedo, que estarían para siempre, que no dejarían de existir, que siempre estarían en tu corazón y en las personas que los quieren.

No, tampoco tuvimos el valor de decir que los queríamos, era demasiado vergonzoso, decirles que dependíamos de ellos, que nos hacían felices, que necesitábamos verlos, saber que estaban allí. Que son parte de nuestra estupenda vida, esa que ansiamos cuando queremos la inmortalidad, no sólo la nuestra, sino también la de ellos.

Quizás no sea tarde y podamos remediarlo, decirles que queremos estar junto a ellos, vivos para siempre, sin que existan los funerales; sin que existan las despedidas.


Nómada
2009 ©

lunes, 29 de diciembre de 2008

ÉBANO de Ryszard Kapuściński

Prefería subirme a camiones encontrados por casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos de la sabana tropical. Su vida es un martirio, un tormento que, sin embargo, soportan con una tenacidad y un ánimo asombrosos.

En alguna parte del mundo fluye y circula una energía, la cual, si viene a buscarnos, si nos llena, nos dará la fuerza para poner en marcha el tiempo: entonces algo empezará a ocurrir. Sin embargo, mientras una cosa así no se produzca, hay que esperar: cualquier otro comportamiento será una ilusión o una quijotada.

Por lo general, se cree que tener un objetivo marcado es algo bueno: que la persona sabe lo que quiere y que lo persigue; por otra parte, sin embargo, tal situación le impone unas anteojeras como las de los caballos, ve única y exclusivamente su objetivo y nada más. Y ocurre por el contrario, que lo que está más allá, lo que se sale del límite impuesto en amplitud y profundidad puede resultar más interesante e importante. A fin de cuentas, entrar en un mundo diferente significa penetrar en su misterio, y ese misterio puede guardar muchos laberintos y recovecos, ¡tantos enigmas e incógnitas!

Se acercan los espantosos momentos del mediodía, la hora del mundo en que la gente y los objetos no tienen sombra, existen sin existir, no son más que blancura, luminosa e incandescente.

El hombre siempre muere solo; el momento de la muerte es el momento más solitario de su vida.
¿Mi patria? Mi patria es allí donde llueve.

La naturaleza es ese algo a lo que no hay que oponerse, ni intentar mejorarla, ni hacer nada con vistas a independizarnos de ella.

El que muere desaparece de la memoria de los vivos.

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martes, 16 de diciembre de 2008

FAHRENHEIT 451 de Ray Bradbury

Pero, al fin y al cabo, usted no es más que un hombre.

Casi nunca veo la televisión mural, ni voy a las carreras o a los parques de atracciones. Así, pues, dispongo de muchísimo tiempo para dedicarlo a mis absurdos pensamientos.

La gente era como antorchas, que ardían hasta consumirse.

No se sentía feliz. No era feliz. Pronunció las palabras para sí mismo. Reconocía que este era el verdadero estado de sus asuntos. Llevaba su felicidad como una máscara, y la muchacha se había marchado con su careta y no había medio de ir hasta su puerta y pedir que se la devolviera.

¡Dice que soy una cebolla muy original! Le tengo ocupado pelando capa tras capa.

Me limito a estar sentada y a pensar.

Nadie tiene ya tiempo para nadie.

Todo es abstracto. Es lo único que hay ahora. Mucho tiempo atrás los cuadros a veces decían algo o incluso representaban a personas.

El tiempo se ha dormido a la luz del sol del atardecer.

Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada.

Estuve meditando… y también sobre los libros. Y, por primera vez, me di cuenta de que había un hombre detrás de cada uno de ellos. Un hombre tuvo que haberlo ideado. Un hombre tuvo que emplear mucho tiempo en trasladarlo al papel. […]
Quizás algún hombre necesito toda una vida para reunir varios de sus pensamientos, mientras contemplaba el mundo y la existencia.

La mente del hombre gira tan aprisa, a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrifuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una perdida de valioso tiempo.

Los años de universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?

Una hora filosófica, una hora de melancolía.

Más deporte para todos, espíritu de grupo, diversión, y no hay necesidad de pensar, ¿eh? Organiza y superorganiza superdeporte. Más chistes en los libros. Más ilustraciones. Autopistas llenas de multitudes que van a algún sitio, a algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y van de un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación donde otro ha dormido durante el día y el de más allá la noche anterior.

Cuanto mayor es el mercado menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda esto. Todas las minorías menores con sus ombligos que hay que mantener limpios. Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean las máquinas de escribir.

La palabra “intelectual”, claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme a lo desconocido.

Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre, la imagen de cualquier otro. Entonces, todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho?

Custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores.

Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o se exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? “Quiero ser feliz”, dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia.

Serenidad, libérate de tus tensiones internas. ¿Los funerales son tristes y páganos? Eliminémoslos también. […] No sutilicemos con recuerdos acerca de individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio.

Ella no quería saber cómo se hacía algo sino “por qué”. Esto puede resultar embarazoso. Se pregunta el porqué de una serie de cosas y se termina sintiéndose desdichado. Lo mejor que podía pasarle a la pobre chica era morirse.

Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle, enséñale sólo uno. O, mejor aún, no le des ninguno.

Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando las letras de las canciones más populares, o los nombres de las capitales del Estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórrale de datos no combustibles, lánzalos encima tantos “hechos” que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia dedicada a la Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello!

No permitir que el torrente de melancolía y la funesta Filosofía ahoguen nuestro mundo.

Lo importante es la felicidad. La diversión lo es todo. Y, sin embargo, sigo aquí sentado, diciéndome que no soy feliz, que no soy feliz.

¿Nos divertimos tanto en casa que nos hemos olvidado del mundo? ¿Acaso somos tan ricos y el resto del mundo tan pobre que no nos preocupamos de ellos? He oído rumores. El mundo padece hambre, pero nosotros estamos tan alimentados. ¿Es cierto que el mundo trabaja duramente mientras nosotros jugamos? ¿Es por eso que se nos odia tanto?

Todas las cosas absurdas que significan las palabras, todas las falsas promesas, todas las ideas de segunda mano y las filosofías estropeadas por el tiempo.

La gente era forzada a la sumisión; no huía, no había sitio donde huir.

Tenemos todo lo necesario para ser felices, pero no lo somos. Falta algo.

No son los libros lo que usted está buscando. Búsquelo donde pueda encontrarlo, en viejos discos, en viejas películas y en viejos amigos; búsquelo en la Naturaleza y búsquelo por sí mismo.

Los buenos escultores tocan la vida a menudo. Los mediocres sólo pasan apresuradamente la mano por encima de ella. Los malos la violan y la dejan por inútil.

La primera condición es calidad de información. La segunda, ocio para asimilarla. Y la tercera, el derecho a emprender acciones basadas en lo que aprendemos por la interacción o por la acción conjunta de las otras dos.

Cuando no se tiene nada que perder, pueden correrse todos los riesgos.

En cualquier caso, es usted tonto. La gente se “divierte”.

Toda la cultura está deshecha.

En el silencio, nuestro susurro pudiera ser oído.

Los que no construyen deben destruir. Es algo tan viejo como la Historia y la delincuencia juvenil.

No quiero cambiar de bando y que sólo se me diga lo que debo hacer. En tal caso, no habría razón para el cambio.

Teme usted cometer errores. No tema. De los errores, se puede sacar provecho. ¡Si cuando yo era joven arrojaba mi ignorancia a la cara de la gente! Me golpeaban con bastones. Pero cuando cumplí los cuarenta años mi romo instrumento había sacado una fina y aguzada punta. Si esconde su ignorancia, nadie le atacará y nunca llegará a aprender. Ahora mueva esos pies.

“Las palabras son como hojas, y cuanto más abundan raramente se encuentra debajo demasiado fruto o sentido” Alexander Pope

“Un poco de instrucción es peligrosa. Bebe copiosamente, o no pruebes el manantial de la sabiduría, esas corrientes profundas intoxican el cerebro, y beber en abundancia nos vuelve a serenar”. Alexander Pope

Conversaban del dinero que debían.

Me doy cuenta de que hago lo que hubiese debido hacer hace siglos. Durante cierto tiempo, no tengo miedo. Quizá sea porque, por fin, estoy cumpliendo con mi deber.

Se alejaba de la gente que comía sombras para desayunar, humo para almorzar y vapores para cenar.

El sol ardía a diario. Quemaba el Tiempo. El mundo corría en círculos, girando sobre su eje, y el tiempo se ocupaba de quemar los años y a la gente, sin ninguna ayuda por su parte.

El silencio estaba en los rostros de los hombres, y el tiempo estaba allí.

No se puede “obligar” a la gente a que escuche. A su debido tiempo, deberá acudir, preguntándose qué ha ocurrido y por qué el mundo ha estallado bajo ellos. Esto no puede durar.

Lo más importante que debíamos meternos en la cabeza es que no somos importantes, que no debemos de ser pedantes. No debemos sentirnos superiores a nadie en el mundo.

Esto es lo maravilloso del hombre: nunca se desalienta o disgusta lo suficiente para abandonar algo que debe hacer, porque sabe que es importante y que merece la pena serlo.

No juzgue un libro por su sobrecubierta (asimilándolo al ser humano).

Y cuando murió, de pronto me dí cuenta de que no lloraba por él, sino por las cosas que hacía.

Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás. […] No importa lo que hagas en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podía no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.

Cuando en la oscuridad olvidamos lo cerca que estamos del vacío, algún día se presentará y se apoderará de nosotros, porque habremos olvidado lo terrible y real que puede ser.

Llena tus ojos de ilusión. Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al mundo. Es más fantástico que cualquier sueño real o imaginario. No pidas garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así. Y, si existiera, estaría emparentado con el gran perezoso que cuelga boca debajo de un árbol, y todos y cada uno de los días, empleando la vida en dormir. Al diablo con eso, sacude el árbol y haz que el gran perezoso caiga sobre su trasero.

Hoy empezaremos a andar y a ver mundo, y a observar cómo la gente anda por ahí y habla, el verdadero aspecto que tiene. Quiero verlo todo. Y aunque nada de ello sea yo cuando entre, al cabo de un tiempo, todo se reunirá en mi interior, y será yo. Fíjate en el mundo, Dios mío, Dios mío. Fíjate en ese mundo, fuera de mí, más allá de mi rostro, y el único medio de tocarlo verdaderamente es ponerlo allí donde por fin sea yo, donde esté la sangre, donde recorra mi cuerpo cien mil veces al día. Me apoderaré de ella de manera que nunca podrá escapar. Algún día, me aferraré con fuerza al mundo. Ahora, tengo un dedo apoyado en él. Es un principio.


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lunes, 15 de diciembre de 2008

LA VANIDAD DE LOS DULUOZ de Jack Kerouac

En el libro La vanidad de los Duluoz de Jack Kerouac es la narración de los años que abarcan la juventud, adolescencia y primera madurez de Jack Kerouac.

Es una novela, con estilo epistolar, dirigida a su mujer relatando de forma cronológica sus vivencias desde el colegio hasta su primer contacto con los escritores que conformarían la Generación Beat.


En este libro podemos descubrir el nacimiento de este gran escritor, de sus lecturas y de crecimiento interior que le enseña su vida, sus experiencias y la gente que va conociendo. Además se puede ver el cambio de vida que se produce cuando descubre que el llamado American Way no es lo bonito y maravilloso que la sociedad transmite. También nos muestra la llamada de aventuras que siente desde su adolescencia y como sin ningún orden las va llevando a cabo.

Como fondo de todas estas vivencias se encuentra la Segunda Guerra Mundial, sus viajes por Groenlandia, Dublín, Londres y su vuelta a la gran New York donde descubrirá el círculo de Burroughs, Cassady y Ginsberg, donde comenzarán los agitados años de literatura, la música y las drogas, el principio de este gran narrador de la realidad.

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domingo, 14 de diciembre de 2008

FICCIONES de Jorge Luís Borges

El hecho de que toda filosofía sea un juego dialéctico ha contribuido a multiplicarlas.

No hay que buscar la verdad ni siquiera la verosimilitud, hay que buscar el asombro.

Saben que un sistema no es otra cosa que la subordinación de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos.

El presente es indefinido, que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente, que el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente.

Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre. Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare.

Varios individuos cuenta la misma historia: es un ejemplo de asociación de ideas o de un buen ejercicio de memoria.

Un libro que no encierra su contralibro es considerado incompleto.

La verdad histórica no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió.

Una doctrina filosófica es al principio una descripción verosímil del universo; giran los años y es un mero capítulo.

Pensar, analizar, inventar no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie.

Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas.

La relación verídica de tu muerte.

Todo se repite en el mismo desorden (que repetido, sería un orden: el Orden).

En la ventana estaban los tejados de siempre y el sol nublado de las seis. Me pareció increíble que ese día sin premoniciones ni símbolos fuera el de mi muerte imparable.

¿yo, ahora, iba a morir? Después reflexionó que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos y siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; todo lo que realmente pasa me pasa a mí…

Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas o perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla.

Había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo… cuando recobró el conocimiento, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido.

Lo cierto, es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos inmortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo.

Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer.

Dormir es distraerse del mundo.

A fuerza de apiadarnos de las desdichas de los héroes de las novelas concluimos apiadándonos con exceso de las desdichas propias.

El hecho de ser, cerraba el libro y se dejaba simplemente vivir.

Sintió que si él hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.

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