La Mirada Nómada es: aquella que observa a su alrededor, la que vé todo como novedad, la que guarda las imagénes porque sabe que el camino debe continuar.
La mirada, de un nómada, abierta al mundo que le rodea.

lunes, 29 de diciembre de 2008

ÉBANO de Ryszard Kapuściński

Prefería subirme a camiones encontrados por casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos de la sabana tropical. Su vida es un martirio, un tormento que, sin embargo, soportan con una tenacidad y un ánimo asombrosos.

En alguna parte del mundo fluye y circula una energía, la cual, si viene a buscarnos, si nos llena, nos dará la fuerza para poner en marcha el tiempo: entonces algo empezará a ocurrir. Sin embargo, mientras una cosa así no se produzca, hay que esperar: cualquier otro comportamiento será una ilusión o una quijotada.

Por lo general, se cree que tener un objetivo marcado es algo bueno: que la persona sabe lo que quiere y que lo persigue; por otra parte, sin embargo, tal situación le impone unas anteojeras como las de los caballos, ve única y exclusivamente su objetivo y nada más. Y ocurre por el contrario, que lo que está más allá, lo que se sale del límite impuesto en amplitud y profundidad puede resultar más interesante e importante. A fin de cuentas, entrar en un mundo diferente significa penetrar en su misterio, y ese misterio puede guardar muchos laberintos y recovecos, ¡tantos enigmas e incógnitas!

Se acercan los espantosos momentos del mediodía, la hora del mundo en que la gente y los objetos no tienen sombra, existen sin existir, no son más que blancura, luminosa e incandescente.

El hombre siempre muere solo; el momento de la muerte es el momento más solitario de su vida.
¿Mi patria? Mi patria es allí donde llueve.

La naturaleza es ese algo a lo que no hay que oponerse, ni intentar mejorarla, ni hacer nada con vistas a independizarnos de ella.

El que muere desaparece de la memoria de los vivos.

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martes, 16 de diciembre de 2008

FAHRENHEIT 451 de Ray Bradbury

Pero, al fin y al cabo, usted no es más que un hombre.

Casi nunca veo la televisión mural, ni voy a las carreras o a los parques de atracciones. Así, pues, dispongo de muchísimo tiempo para dedicarlo a mis absurdos pensamientos.

La gente era como antorchas, que ardían hasta consumirse.

No se sentía feliz. No era feliz. Pronunció las palabras para sí mismo. Reconocía que este era el verdadero estado de sus asuntos. Llevaba su felicidad como una máscara, y la muchacha se había marchado con su careta y no había medio de ir hasta su puerta y pedir que se la devolviera.

¡Dice que soy una cebolla muy original! Le tengo ocupado pelando capa tras capa.

Me limito a estar sentada y a pensar.

Nadie tiene ya tiempo para nadie.

Todo es abstracto. Es lo único que hay ahora. Mucho tiempo atrás los cuadros a veces decían algo o incluso representaban a personas.

El tiempo se ha dormido a la luz del sol del atardecer.

Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada.

Estuve meditando… y también sobre los libros. Y, por primera vez, me di cuenta de que había un hombre detrás de cada uno de ellos. Un hombre tuvo que haberlo ideado. Un hombre tuvo que emplear mucho tiempo en trasladarlo al papel. […]
Quizás algún hombre necesito toda una vida para reunir varios de sus pensamientos, mientras contemplaba el mundo y la existencia.

La mente del hombre gira tan aprisa, a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrifuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una perdida de valioso tiempo.

Los años de universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?

Una hora filosófica, una hora de melancolía.

Más deporte para todos, espíritu de grupo, diversión, y no hay necesidad de pensar, ¿eh? Organiza y superorganiza superdeporte. Más chistes en los libros. Más ilustraciones. Autopistas llenas de multitudes que van a algún sitio, a algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y van de un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación donde otro ha dormido durante el día y el de más allá la noche anterior.

Cuanto mayor es el mercado menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda esto. Todas las minorías menores con sus ombligos que hay que mantener limpios. Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean las máquinas de escribir.

La palabra “intelectual”, claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme a lo desconocido.

Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre, la imagen de cualquier otro. Entonces, todos son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho?

Custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores.

Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o se exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? “Quiero ser feliz”, dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia.

Serenidad, libérate de tus tensiones internas. ¿Los funerales son tristes y páganos? Eliminémoslos también. […] No sutilicemos con recuerdos acerca de individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio.

Ella no quería saber cómo se hacía algo sino “por qué”. Esto puede resultar embarazoso. Se pregunta el porqué de una serie de cosas y se termina sintiéndose desdichado. Lo mejor que podía pasarle a la pobre chica era morirse.

Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle, enséñale sólo uno. O, mejor aún, no le des ninguno.

Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando las letras de las canciones más populares, o los nombres de las capitales del Estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórrale de datos no combustibles, lánzalos encima tantos “hechos” que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia dedicada a la Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello!

No permitir que el torrente de melancolía y la funesta Filosofía ahoguen nuestro mundo.

Lo importante es la felicidad. La diversión lo es todo. Y, sin embargo, sigo aquí sentado, diciéndome que no soy feliz, que no soy feliz.

¿Nos divertimos tanto en casa que nos hemos olvidado del mundo? ¿Acaso somos tan ricos y el resto del mundo tan pobre que no nos preocupamos de ellos? He oído rumores. El mundo padece hambre, pero nosotros estamos tan alimentados. ¿Es cierto que el mundo trabaja duramente mientras nosotros jugamos? ¿Es por eso que se nos odia tanto?

Todas las cosas absurdas que significan las palabras, todas las falsas promesas, todas las ideas de segunda mano y las filosofías estropeadas por el tiempo.

La gente era forzada a la sumisión; no huía, no había sitio donde huir.

Tenemos todo lo necesario para ser felices, pero no lo somos. Falta algo.

No son los libros lo que usted está buscando. Búsquelo donde pueda encontrarlo, en viejos discos, en viejas películas y en viejos amigos; búsquelo en la Naturaleza y búsquelo por sí mismo.

Los buenos escultores tocan la vida a menudo. Los mediocres sólo pasan apresuradamente la mano por encima de ella. Los malos la violan y la dejan por inútil.

La primera condición es calidad de información. La segunda, ocio para asimilarla. Y la tercera, el derecho a emprender acciones basadas en lo que aprendemos por la interacción o por la acción conjunta de las otras dos.

Cuando no se tiene nada que perder, pueden correrse todos los riesgos.

En cualquier caso, es usted tonto. La gente se “divierte”.

Toda la cultura está deshecha.

En el silencio, nuestro susurro pudiera ser oído.

Los que no construyen deben destruir. Es algo tan viejo como la Historia y la delincuencia juvenil.

No quiero cambiar de bando y que sólo se me diga lo que debo hacer. En tal caso, no habría razón para el cambio.

Teme usted cometer errores. No tema. De los errores, se puede sacar provecho. ¡Si cuando yo era joven arrojaba mi ignorancia a la cara de la gente! Me golpeaban con bastones. Pero cuando cumplí los cuarenta años mi romo instrumento había sacado una fina y aguzada punta. Si esconde su ignorancia, nadie le atacará y nunca llegará a aprender. Ahora mueva esos pies.

“Las palabras son como hojas, y cuanto más abundan raramente se encuentra debajo demasiado fruto o sentido” Alexander Pope

“Un poco de instrucción es peligrosa. Bebe copiosamente, o no pruebes el manantial de la sabiduría, esas corrientes profundas intoxican el cerebro, y beber en abundancia nos vuelve a serenar”. Alexander Pope

Conversaban del dinero que debían.

Me doy cuenta de que hago lo que hubiese debido hacer hace siglos. Durante cierto tiempo, no tengo miedo. Quizá sea porque, por fin, estoy cumpliendo con mi deber.

Se alejaba de la gente que comía sombras para desayunar, humo para almorzar y vapores para cenar.

El sol ardía a diario. Quemaba el Tiempo. El mundo corría en círculos, girando sobre su eje, y el tiempo se ocupaba de quemar los años y a la gente, sin ninguna ayuda por su parte.

El silencio estaba en los rostros de los hombres, y el tiempo estaba allí.

No se puede “obligar” a la gente a que escuche. A su debido tiempo, deberá acudir, preguntándose qué ha ocurrido y por qué el mundo ha estallado bajo ellos. Esto no puede durar.

Lo más importante que debíamos meternos en la cabeza es que no somos importantes, que no debemos de ser pedantes. No debemos sentirnos superiores a nadie en el mundo.

Esto es lo maravilloso del hombre: nunca se desalienta o disgusta lo suficiente para abandonar algo que debe hacer, porque sabe que es importante y que merece la pena serlo.

No juzgue un libro por su sobrecubierta (asimilándolo al ser humano).

Y cuando murió, de pronto me dí cuenta de que no lloraba por él, sino por las cosas que hacía.

Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás. […] No importa lo que hagas en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podía no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.

Cuando en la oscuridad olvidamos lo cerca que estamos del vacío, algún día se presentará y se apoderará de nosotros, porque habremos olvidado lo terrible y real que puede ser.

Llena tus ojos de ilusión. Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al mundo. Es más fantástico que cualquier sueño real o imaginario. No pidas garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así. Y, si existiera, estaría emparentado con el gran perezoso que cuelga boca debajo de un árbol, y todos y cada uno de los días, empleando la vida en dormir. Al diablo con eso, sacude el árbol y haz que el gran perezoso caiga sobre su trasero.

Hoy empezaremos a andar y a ver mundo, y a observar cómo la gente anda por ahí y habla, el verdadero aspecto que tiene. Quiero verlo todo. Y aunque nada de ello sea yo cuando entre, al cabo de un tiempo, todo se reunirá en mi interior, y será yo. Fíjate en el mundo, Dios mío, Dios mío. Fíjate en ese mundo, fuera de mí, más allá de mi rostro, y el único medio de tocarlo verdaderamente es ponerlo allí donde por fin sea yo, donde esté la sangre, donde recorra mi cuerpo cien mil veces al día. Me apoderaré de ella de manera que nunca podrá escapar. Algún día, me aferraré con fuerza al mundo. Ahora, tengo un dedo apoyado en él. Es un principio.


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lunes, 15 de diciembre de 2008

LA VANIDAD DE LOS DULUOZ de Jack Kerouac

En el libro La vanidad de los Duluoz de Jack Kerouac es la narración de los años que abarcan la juventud, adolescencia y primera madurez de Jack Kerouac.

Es una novela, con estilo epistolar, dirigida a su mujer relatando de forma cronológica sus vivencias desde el colegio hasta su primer contacto con los escritores que conformarían la Generación Beat.


En este libro podemos descubrir el nacimiento de este gran escritor, de sus lecturas y de crecimiento interior que le enseña su vida, sus experiencias y la gente que va conociendo. Además se puede ver el cambio de vida que se produce cuando descubre que el llamado American Way no es lo bonito y maravilloso que la sociedad transmite. También nos muestra la llamada de aventuras que siente desde su adolescencia y como sin ningún orden las va llevando a cabo.

Como fondo de todas estas vivencias se encuentra la Segunda Guerra Mundial, sus viajes por Groenlandia, Dublín, Londres y su vuelta a la gran New York donde descubrirá el círculo de Burroughs, Cassady y Ginsberg, donde comenzarán los agitados años de literatura, la música y las drogas, el principio de este gran narrador de la realidad.

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domingo, 14 de diciembre de 2008

FICCIONES de Jorge Luís Borges

El hecho de que toda filosofía sea un juego dialéctico ha contribuido a multiplicarlas.

No hay que buscar la verdad ni siquiera la verosimilitud, hay que buscar el asombro.

Saben que un sistema no es otra cosa que la subordinación de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos.

El presente es indefinido, que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente, que el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente.

Todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, son el mismo hombre. Todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, son William Shakespeare.

Varios individuos cuenta la misma historia: es un ejemplo de asociación de ideas o de un buen ejercicio de memoria.

Un libro que no encierra su contralibro es considerado incompleto.

La verdad histórica no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió.

Una doctrina filosófica es al principio una descripción verosímil del universo; giran los años y es un mero capítulo.

Pensar, analizar, inventar no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie.

Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas.

La relación verídica de tu muerte.

Todo se repite en el mismo desorden (que repetido, sería un orden: el Orden).

En la ventana estaban los tejados de siempre y el sol nublado de las seis. Me pareció increíble que ese día sin premoniciones ni símbolos fuera el de mi muerte imparable.

¿yo, ahora, iba a morir? Después reflexionó que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos y siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; todo lo que realmente pasa me pasa a mí…

Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas o perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla.

Había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo… cuando recobró el conocimiento, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido.

Lo cierto, es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos inmortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo.

Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer.

Dormir es distraerse del mundo.

A fuerza de apiadarnos de las desdichas de los héroes de las novelas concluimos apiadándonos con exceso de las desdichas propias.

El hecho de ser, cerraba el libro y se dejaba simplemente vivir.

Sintió que si él hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.

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sábado, 13 de diciembre de 2008

LOS SUBTERRÁNEOS de Jack Kerouac

En el libro de Los Subterráneos de Jack Kerouac puedes encontrar el retrato de la bohemia que rodeo la vida al propio Jack en San Francisco. Vuelve a utilizar el estilo narrativo para crear su biografía, que uniéndolo con sus otros libros.

Para este libro elige la narración en primera persona; sin un orden claro, siguiendo a los grandes del bop; la mezcla en las narraciones, que llevan como hilo conductor la relación que mantiene con una mujer de color.

De esta relación surgirá esta carta de amor, que irá en todo momento dirigida a la mujer que ama, pero que no ha sabido reconocer hasta que al final la ha perdido.

Como resumen se puede resaltar la forma del lenguaje que utiliza Jack Kerouac, un ejemplo claro de su estilo lingüístico y narrativo. También es una forma distinta de relatar una relación, de lo complejo y de los distintos puntos de vista, todo para demostrar la parcialidad que existe en la visión que tenemos de la realidad. Una nueva obra maestra de este gran escritor, poco reconocido como maestro de la Literatura y desconocido de manera masiva entre los lectores.

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viernes, 12 de diciembre de 2008

MUCHAS VECES ME PEDISTE QUE TE CONTARA ESOS AÑOS de Juan cruz

Escribir, y leer, y recordar lo escrito, e incluso tacharlo, o recordar lo leído, e incluso tacharlo, era una hermosa aventura, acaso la mejor que se puede hacer en la vida y en el mundo, pero mucho antes que escribir o leer está viajar.

¿Qué ha sido de tu tiempo, qué has hecho con él? ¿Vas a contarlo?

Eres el muchacho que se hizo preguntas, y ahora eres el muchacho que no sabe responderlas.

La literatura es convertir en sueños las sombras, la literatura y todo, la vida entera, sombras y sueños, sol y nada, esta misma mañana es una sombra de ayer, ayer se fue, se queda la sombra.

Existe el dolor y la muerte y ni la literatura ni nada, ni siquiera el sueño, es capaz de devolver lo que roba la implacable cuchilla del tiempo, esa maldita oscuridad, la desmemoria.

Qué es la literatura sino una carta sobre el desamor o el ajuste de cuentas de una familia o una aventura contada en primera persona por un personaje que ya perdió pero que aún no lo sabe.

La sombra fue el miedo y después la enfermedad al desamor o la muerte, siempre una sombra andando con nosotros.

Mientras que la imagen fija es como la palabra, contundente, perentoria, la palabra es una orden dada a un solo hombre en medio del desierto, un exabrupto, un puñetazo al aire.

El destino del hombre es amar y despedirse, y a veces despedirse es algo muy serio, porque es para siempre.

«Procura no perder el tiempo»: no hay peor modo de sobrevivir que perdiendo el tiempo.

Entre lo que haces y lo que debiste hacer siempre hay un muro de hielo y de azar con el que ya vives siempre.

Uno siempre piensa que todo ha de durar eternamente cuando aún no ha cumplido los treinta, pero luego la edad, la vida, la suerte de los otros empiezan a emitir mensajes, y nos dejamos sepultar por el tiempo, por el olvido, por la destrucción o por el amor desleído, el amor que se rompe, las cosas que nadie rompe pero se rompieron.

El destino del hombre es viajar y reencontrarse.

Hizo la maleta y se fue, el que no es capaz de irse no será capaz de nada.

¿Cómo muere el poeta?

Es la naturaleza la que te manda y tú te preparas para hacer un viaje, lo emprendes poco a poco, los viajes se emprenden poco a poco pero hay un motor interior, una mano que lo va conduciendo todo con destreza y ahínco.

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jueves, 11 de diciembre de 2008

MUCHAS VECES ME PEDISTE QUE TE CONTARA ESOS AÑOS de Juan Cruz

Estamos delante de una novela distinta, de un escritor distinto, de una historia totalmente distinta. Como nos tiene acostumbrado Juan Cruz en sus novelas sigue el curso de los recuerdos, el bullicio de una mente que bucea en el pasado, que busca encontrarse en los momentos que ha vivido y las personas que ha tenido alrededor. Una lectura dura, cruda, que necesita de toda nuestra atención para que ningún detalle se quede de lado, buscando siempre la complicidad del lector y utilizándolo como justificación para contarse lo que necesita volver a vivir, a narrar. Y aunque parezca que no existe el orden que debemos encontrar en cualquier novela: principio, nudo y desenlace, éste sí existe y queda muy bien marcado en la estructura del propio libro.

Podemos encontrar un principio o una causa, existente ya en el propio título de la obra, ese “Muchas veces me pediste que te contará esos años”, ya marca el motor de toda la novela, pero podemos encontrar igual de importante la forma que se utiliza la propia historia para ser narrada. Que el narrador-personaje cuente la historia a una segunda persona, a una segunda persona que se convierte en muchas partes del propio libro en ese yo que nos habla. Todo en forma de monologo interior, de falsa carta, en secuencias que en un principio parecen inconexas pero que tienen un sentido en el propio tiempo de la narración y en las escenas finales. Encontramos ese orden o desorden que seguiría el relato que cualquier persona al relatar nuestra propia vida.

Y ya tenemos presentado el nudo del libro, la narración que cualquier persona haría de sus propios recuerdos: con sus confusiones, con sus exageraciones, con sus mentiras, con sus verdades escondidas, al igual que está anotado en la propia novela: “en tu memoria hay desvarío y mentira e imaginación y cuento”. Utiliza una prosa sin recursos estilísticos, sin una correcta puntuación, sin un orden gramatical, consiguiendo de esta manera que el lector vea plasmada la forma de pensar, la forma que tiene cada uno de escuchar su propia voz interior, sin orden, sin literatura, todo real.

Es la narración del paso del tiempo lo que se consigue expresar en cada una de las páginas, de las secuencias, de los recuerdos. Descubrimos un tiempo que salta de un lugar a otro, formando un collage que forman un todo.

Queremos aprovechar siempre, con detalles que encontramos en cada minuto que conseguimos sobrevivir; cada despedida que protagonizamos y nombre que tachamos en nuestras agendas, sin reponernos de cada lugar que abandonamos y las imágenes se van quedando grabadas muy dentro de uno mismo.

En el desenlace llegamos a la misma conclusión que efectuaría cualquier lector, que arrastramos las mismas preguntas que no solucionamos en nuestra juventud, vidas que dejamos de vivir, personas que han ido desapareciendo en nuestro día a día, y con todo eso llevamos la mochila que llevamos a la espalda llena de recuerdos, de sueños, de mentiras y que lo confundimos con el peso del tiempo, pero que no es otra cosa que la propia vida.

Siguiendo las palabras del propio autor: “El único estímulo del periodista es el tiempo”, en ellas descubrimos que lo en su día fue un estímulo, en el día que se escribe el libro sigue siendo la fuente principal de incentivo para el protagonista, pero lo que no es capaz de reconocer que el tiempo siempre fue su condena.

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

OJALÁ OCTUBRE de Juan Cruz

Cuando uno termina de leer Ojalá Octubre de Juan Cruz, el regusto que queda es amargo, de perdida de tiempo, de dejar escapar entre nuestro dedos los granos de arena de ese reloj propio, que se va acabando en cada segundo que dejamos pasar.

También deja esa mirada triste sobre las personas que un día desaparecerán de nuestra vida, de buenas a primeras, como aparecieron en su día. Partirán hacia el recuerdo con destino hacia olvido y dejándonos solos en el muelle de la vida, ese que también nos tocará abandonar nuestro día, con el billete de ida, sin poder mirar hacia atrás porque nuestro tiempo se habrá acabado.

Esa congoja que sentimos nos haga poder valorar nuestra vida, la oportunidad que tenemos, a las personas que nos rodean y esos momentos de felicidad efímeros que nada tienen que ver con los que nos venden y que buscamos en lugares equivocados, en cosas vacías, en… y que no sabemos encontrar cuando las tenemos a nuestro lado, a nuestro alrededor.

Un libro para abrir los ojos, para poder acariciar a esos corazones que han dado todo por nuestra vida, escuchar esas voces que un día desaparecerán, para oler esos aromas de momentos que llenaron nuestro tiempo de felicidad, para paladear y degustar esas comidas donde podemos estar todos con las personas que realmente nos importa.

Gracias amigo Juan por demostrarnos que cada mañana, cada día, es una oportunidad de repartir felicidad entre quienes nos rodean y remarcar que lo que ocurre ya es parte del pasado si no lo sabemos valorar y el pasado sólo existe mientras esté vivo en nuestra memoria.

Se me está haciendo la noche
en la mitad de la tarde,
no quiero volverme sombra,
quiero ser luz y quedarme…

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martes, 9 de diciembre de 2008

FICCIONES de Jorge Luís Borges

Un señor anciano me esperaba todos los días al caer la noche, esa es la imagen que se me ha quedado de mi lectura del Sr.Borges.

El encuentro con Borges se producía cuando las primeras luces de las casas vecinas se iban apagando, en el silencio de la madrugada, con el sencillo haz de luz que emitía mi pequeña lámpara de la mesilla, con su susurro que alejaba las sombras e iluminaba la sabiduría de este gran sabio.


En sus palabras he encontrado la fina ironía de quien sabe que está jugando con las palabras, con las realidades, con las Ficciones. Esa duda sempiterna de todo y a la vez de nada, un hombre que ya no se hace preguntas acerca de la vida, sólo la muestra, con sus múltiples facetas, con todos los lados del círculo, con cada uno de los puntos que lo forman.

El mejor resumen de las historias que se puede hacer: mostrar como el ojo cambia el punto de vista y como a la vez éste cambia para dar un nuevo significado, en nuevo final y comienzo que se repite eternamente. Siempre la historia es cambiante, porque el lector es otro y el lector siempre es otro porque es cambiante, el eterno retorno de Nietzsche, bañado por el río de Heráclito, llegando a la Literatura, al cuento, a las Ficciones.

No hay que dejarse engañar por lo pomposo y culto del lenguaje de Borges, es un truco que utiliza para hilar la ironía más fina que he leído y, claro, esta ironía lleva a la sabiduría, porque es el verdadero camino para encontrarla, porque es la única sombra que nos acerca a la verdadera realidad, porque es lo único que queremos ver; sombras. Si fuéramos valientes y saliéramos de esa cueva alumbrada por una triste hoguera, podríamos encontrar un mundo bello, con aire fresco, con libertad, con un enorme espacio que recorrer; lo que quiere demostrar Borges, la realidad del mito de Platón.

Esa es la lectura que he hecho de Ficciones, un truco de magia que muestra la realidad, sin ocultar nada, ante tus ojos y que sorprende al pensarlo de nuevo; de regocijarte en el texto completo. En la magia de cómo utiliza el lenguaje para llevarte por donde el quiere y para camuflar la verdad eterna: realidades que han cambiado para ser otra realidad, la más correcta; juegos con el tiempo y su movimiento cíclico; los juegos de los personajes y la manera continua de repensar lo que ha sido dado por costumbre y que puede no ser cierto.

Terminando con sus propias palabras: “No hay que buscar la verdad ni siquiera la verosimilitud, hay que buscar el asombro. Saben que un sistema no es otra cosa que la subordinación de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos.”

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lunes, 8 de diciembre de 2008

¿HASTA QUE PUNTO NO SON LOS AUTORES COMO BRADBURY LOS CULPABLES DEL FUTURO QUE TENEMOS, DE LO QUE AHORA VÍVIMOS?

Al terminar de leer el libro de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, tuve la duda que enuncio en el título de este artículo, y que me seguirá persiguiendo.

Cuántas de estas mentes privilegiadas y “visionarias” no han sido absorbidas y utilizadas por el mismo sistema. No somos, al final y al cabo, cada uno de nosotros esas “antorchas que arden hasta consumirse”.


Cualquier movimiento, idea, revolución, pensamiento, etc. es absorbida por el sistema, utilizada para el mercado, para que la gente se sienta libre de elegir, para que crean en esa falsa libertad que nos permiten, cuando sólo te dan a elegir entre los caminos que nos dan marcados, sólo entre las opciones que nos son dadas.

No sé, tantas cosas… quizás lo único que quería dejar era la pregunta en el aire y que la gente pensara en la realidad que le rodea. En cualquier caso, soy un tonto, la gente se “divierte”.

Pero…

“Hoy empezaremos a andar y a ver mundo, y a observar cómo la gente anda por ahí y habla, el verdadero aspecto que tiene. Quiero verlo todo. Y aunque nada de ello sea yo cuando entre, al cabo de un tiempo, todo se reunirá en mi interior, y será yo. Fíjate en el mundo, Dios mío, Dios mío. Fíjate en ese mundo, fuera de mí, más allá de mi rostro, y el único medio de tocarlo verdaderamente es ponerlo allí donde por fin sea yo, donde esté la sangre, donde recorra mi cuerpo cien mil veces al día. Me apoderaré de ella de manera que nunca podrá escapar. Algún día, me aferraré con fuerza al mundo. Ahora, tengo un dedo apoyado en él. Es un principio.”

domingo, 7 de diciembre de 2008

ARANMANOTH de Ana María Matute

Un delicado cuento con metáfora, metáfora que puede servir para cualquier momento de nuestra historia. Si hay amor, guerra, poder, injusticia, alegría, etc… siempre será un ejemplo del momento que estamos viviendo.



Cuando las personas buscan encontrarse en los libros de autoayuda o new age, encontrar un libro, una leyenda, como ésta, donde puedes encontrar toda la sabiduría que transmitía la tradición oral, la sabiduría que tiene el paso del tiempo y retenidas por las personas mayores que trasmite sus saberes, y que son la voz de la experiencia que aporta los años. Esto es lo que vamos a encontrar en este libro sencillo, fácil de leer, con bellísimas imágenes y profundos sentimientos, una delicia que me alegro de haber descubierto.

También me sorprende la facilidad de palabra de una mujer que lleva escribiendo desde los cinco años y que paró de escribir durante veinte años en la edad madura de cualquier escritor para volver a la sencillez y sabiduría de los libros de la Edad Media, esa que llenaron nuestra juventud de sueños, de caballeros, de princesas, de viajes y de ideales que están desapareciendo a pasos agigantados.

El tiempo de las leyendas huyen de la modernidad, no sabe encontrar su sitio en un lugar donde la magia ha sido sustituida por la televisión; donde los viajes sólo se hacen para conocer lugares y grabar imágenes para dar envidia y no para encontrarse a uno mismo y encontrar al otro -como diría mi amigo Kapuscinsky-; donde los valores se han vendido al precio del dinero; donde encontrar tu lugar sólo puede ser si ocultas tu persona en los chats, en operaciones estéticas, arropado por la ropa más cara, etc; donde el miedo a la muerte se ha traducido en un vivir encerrados, como verdaderos muertos vivientes en sus panteones.

Para disfrutar de la buena literatura, de la magia de leer, de descubrir que otros mundos aún son posibles aunque sólo puedan estar en nuestra imaginación, para eso sirve el libro de Aranmanoth. ¡Disfrutar del viaje!

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sábado, 6 de diciembre de 2008

FAHRENHEIT 451 de Ray Bradbury

Ha pesar del tiempo que uno pueda llevar leyendo, siempre hay libros que le sorprende, que le llenan y que no se puede dejar de leer hasta llegar al final.

Esto mismo me ha ocurrido con FAHRENHEIT 451 de Ray Bradbury. Su magia me llamo la atención desde las primeras páginas y ya no pude parar de leer; necesitaba seguir avanzando las hojas, seguir la historia, seguir hasta llegar al final.

Libro sencillo en cuanto a la forma de escritura, muy bien llevada la trama arrastrando al lector a la siguiente página y manteniendo el suspense hasta la parte final.

Sigue una estructura sencilla: descripción, punto de giro, descubrimiento; y así continuamente hasta el último punto de giro y desenlace. Un desenlace sorprendente y para mí si una solución final, abriendo la puerta hacia una continuación en el tiempo.

En cuanto al mensaje, que decir de él, sublime visión de un futuro que para el autor fue lejano, que para nosotros parece ilusorio pero que existe en la realidad actual. De todas sus frases se desprende una realidad vigente que nos subyuga y nos adormece, que nos traslada a un tiempo más extremo y que será el siguiente paso de nuestra “gran civilización”.

¿Seguiremos por ese mismo camino? O ¿abriremos los ojos?

Cualquier persona que lea este gran libro, empezará una labor ensayística y personal sobre el mundo que le rodea, que le presiona y que no le permite crecer fuera de los caminos trazados.

Es un libro paradójico de la libertad, trata de lo inútil que podemos llegar a ser y la capacidad de rebaño que tenemos. ¿Tan fáciles somos de domesticar? ¿Qué nos diferencia de los animales? ¿Quién sigue manejando las riendas para que todo continúe por el camino predeterminado?

Al final del libro, una posible solución para sobrevivir a toda esta inhumanidad reinante. Al estilo más puro de los Románticos, de la Generación Beat, del movimiento Hippie, de los vagabundos, que deciden apartarse del tumor de nuestro tiempo: las ciudades. De esa falsa sociedad de apariencias que llena nuestro día a día. Hay que buscar en la Naturaleza la verdad, hay que buscar al ser humano en su estado primigenio, entre las bestias, sólo sobreviviendo y no siendo el asesino de cuanto le rodea, como diría el propio autor: “ Al fin y al cabo, usted no es más que un hombre”. Quizás deberíamos volver a hombre natural y dejar de lado al hombre social.

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viernes, 5 de diciembre de 2008

LA NAVIDAD YA NO EXISTE

Ando por la calle principal, con frío aunque con el día iluminado. Las luces de Navidad ya están por todos lados, el espíritu de la Navidad está instalado en los escaparates de todas las tiendas, y la gente con bolsas en sus manos suben y bajan, andan de un lugar hacia otro, sin sentido aparente; de una a otra tienda.
Al final de la acera aparece un letrero sujeto a un palo de madera largo, con bombillas iluminadas de distintos colores. Sobresale por encima de las múltiples cabezas. Mi atención se fija directamente en ese centro de atención, en ese llamativo y diferente espectáculo que se ve en el horizonte.
Poco a poco, según avanzan mis pasos, las letras se hacen grandes, más llamativas que las propias luces y necesito saber que pone en ellas; estoy atrapado en el anzuelo de la curiosidad.
En un momento dado, mis ojos no se fijan ni en las letras, ni en las bombillas de distintos colores, ni siquiera en la gente que está pasando alrededor, mi atención sólo se fija en el personaje que sujeta dicho anuncio: Papa Noel en plena calle y con el frío que hace, trabajando.
Papa se ha quitado su enorme barba blanca y se rasca con furia y rapidez su barbilla con barba de tres días, oscura, de color verde oliva; el sonido de las uñas rozando el bello llega a mis oídos. Tiene la chaqueta abierta y en ningún momento aparece la famosa barriga de la felicidad. Las botas con los cordones sueltos que arrastran por el suelo. De una mano se apoya, más que sujeta, el listón de madera y de la otra un cigarro humeante que se lleva a la boca, emitiendo luego grandes bocanadas del humo gris.
La imagen de la Navidad se desvanece ante mis propios ojos. Siempre imaginé a Papa Noel escuchando a los niños, como en esas películas que año tras año nos pone en la televisión -cuanto daño ha hecho a nuestra generación-, escuchando los regalos que quieren y las explicaciones de lo bien que se han portado durante todo el año, con esa cara picara que los mayores vemos con complicidad porque en nuestra niñez mentíamos igual.
Con esfuerzo me obligo a continuar mi camino, no quiero pensar en la ironía que podría encontrar en la situación que acabo de ver, en la cara de esos niños que pasarán a su lado y la que ha puesto mi niño interior.
Al menos siempre me quedará el recuerdo de los Reyes Magos, esos padres que me obligaban a dormirme pronto todas las noches del cinco de enero para madrugar al día siguiente y que se ilusionaban con la cara que ponía al ver los regalos al día siguiente.

Nómada 2008 ©

jueves, 4 de diciembre de 2008

NUNCA

Todos los días
al mirar en tus ojos
los recuerdo.


Llevaba tiempo esperando cuando le vio aparecer al fondo de la calle. Aunque la mañana había salido soleada, iba embutido en su abrigo, con el cuello levantado y con las manos en los bolsillos. Cuando él la vio, con disimulo tiró el cigarrillo que llevaba en su boca, sabía que a ella no le gustaba verle fumar, pero, a pesar de ello, una pavesa iluminó su camino hacia el suelo.
Cuando pudo ver su rostro, observó que una sonrisa amplia la saludaba al otro lado.
- ¿Qué tal pequeña? - le saludó Thomas, a la vez que le besó sus dos mejillas y Mariam hacía el amago de separarse.
- Ahora bien. Te llevo esperando desde hace mucho tiempo - le respondió agriamente.
Pudo ver cómo la cara de Thomas se entristecía con un fino velo que apagaba sus ojos.
- Se me complicaron las cosas en el trabajo. Ya sabes que donde hay patrón, no manda…
Antes de que acabara la frase, Mariam le acarició la barbilla y se dejó raspar por la barba de varios días.
- No he podido -intentó a modo de disculpa-. Ya te he dicho…
- No te preocupes -se puso Mariam uno de sus dedos en los labios-. Tenía tantas ganas de verte, como para ahora estar perdiendo el tiempo.

Los ojos de Thomas brillaron de nuevo, con ese aire travieso que recordaba al niño que recibía la bronca de su madre. Con su padre era distinto, él siempre fue más serio, más severo.
- ¿Cuánto tiempo tendré que estar en casa de los señores Malone? -le soltó como si se hubiera quitado la pregunta de encima.
Thomas tuvo la sensación de que ella había calculado cada una de las palabras en el tiempo que le estuvo esperando, o quizás, desde la última vez que le vio.
- Sabes que estoy intentando conseguir dinero, que no es fácil y que el trabajo…
- ¡Siempre igual! No te imaginas lo que es aguantar a la señora Malone todo el día. Mariam trae esto, Mariam limpia aquello, Mariam sirve el café al señor Malone -se detuvo un momento, guardando silencio hasta tener las fuerzas suficientes para continuar- ¡Y qué decirte del señor Malone…!
- ¡Qué te ha hecho…! -ahora fue él quien la interrumpió- ¡Si me entero que te hace algo… o intenta…!
- Tranquilo Thomas no ha pasado nada -tragó saliva y le miró a los ojos-, pero es que ya no soy ninguna niña y empiezo a llamar la atención -se giró dando la espalda a Thomas.
- Sabes que lo estoy intentando por todos los medios a mi alcance -le agarró de los hombros para que sintiera su protección-, en cuanto reúna el dinero suficiente nos vamos a vivir juntos.
- ¡Ojalá Dios te oiga! -a continuación exhaló un gran suspiro.
- Una señorita como tú, no puedes vivir en un cuchitril como el mío.
Las primeras lágrimas se asomaron a los ojos de Mariam, dándose la vuelta y buscando los ojos de Thomas. Él sólo la pudo acoger entre sus brazos.
- Tranquila hermanita. Verás como volvemos a estar juntos muy pronto, como antes, cuando vivían papá y mamá.
El llanto de Mariam se hizo más fuerte y agarró más fuerte a su hermano.
- Nunca será como antes.
- No quería decir…
- ¡Nunca!

Nómada
Noviembre 2008 ©

miércoles, 3 de diciembre de 2008

TANKAS

Hace tiempo hablé de la poesía japonesa, en especial de los Haikus y los Senryus. Ahora quería detallar una nueva forma poética, su nombre es TANKA, es muy similar a los anteriores mencionados pero con variaciones. Para saber más pincha en el siguiente enlace:

Y a continuación una breve muestra, los dos primeros de cosecha propia:

Su dulce amor

vaga por su sueño

está de duelo

por aquel triste día

que la muerte separo.

******

En mis labios

mil nombres de mujeres,

a una quiero

que es la verdadera,

sólo en mi corazón.

Los siguientes, del gran maestro Jorge Luís borges:

1
Alto en la cumbre
todo el jardín es luna,
luna de oro.
Más precioso es el roce
de tu boca en la sombra.

2
La voz del ave
que la penumbra esconde
ha enmudecido.
Andas por tu jardín.
Algo, lo sé, te falta.

3
La ajena copa,
la espada que fue espada
en otra mano,
la luna de la calle,
dime, acaso no bastan?

4
Bajo la luna
el tigre de oro y sombra
mira sus garras.
No sabe que en el alba
han destrozado un hombre.

5
Triste la lluvia
que sobre el mármol cae,
triste ser tierra.
Triste no ser los días
del hombre, el sueño, el alba.

6
No haber caído,
como otros de mi sangre,
en la batalla.
Ser en la vana noche
el que cuenta las sílabas.

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martes, 2 de diciembre de 2008

POLVO DEL CAMINO

Hace tiempo que tenía la idea de publicar todas esas palabras que vuelan por nuestra cabeza, en el día a día. Esas palabras que van ocupando su lugar, como ese POLVO DEL CAMINO que se queda en nuestras ropas y nos recuerda la senda que cada uno de nosotros vamos recorriendo. Una publicación casi diaria, pero sin ser un diario o no un diario al uso, un diario literario, ensayístico, distinto... donde se encontrase la inspiración, las palabras, las ideas, las imágenes, el arte y el lector.
Pero una cosa tenía clara: que no apareciera la complicación del lenguaje, de la corrección, del estilo literario, sólo la pura inspiración, sólo el momento. Eso es atrapar el momento, que quede reflejado sin importar las faltas ortográficas, los errores de expresión, la falta de orden, porque el lector no es tonto y sabe lo que está leyendo, al igual que los jóvenes en la actualidad entienden los mensajes, los foros, etc, sin utilizar un lenguaje culto.
Quizás, sea irrespetuoso para la Literatura, para esos académicos que buscan la pureza del lenguaje, para esos enamorados del barroquismo en las letras. Pero yo apuesto por el artista, por el verdadero artista que no tiene tiempo para corregir, sólo para crear y crear, sin poder parar; porque los grandes artistas no sólo están en los círculos elitistas, esos mismos círculos que están vendidos al mercado y a la mercancía.

Esto va a ser creación pura y dura, donde cada uno sacará sus propias conclusiones, sus propios pensamientos o sus propias ideas, porque de eso se trata, que la mente no pare, que el conocimiento esté en movimiento sin que pueda parar. Me gustaría que tú, lector, me intentaras comprender y que no buscases en mis palabras: palabras bonitas, aunque existan; la corrección en el texto, aunque pueda existir; el texto impoluto y que no haya pequeños errores, porque nadie escribe sin cometer errores y menos, un texto que directamente va a quedar plasmado en la web.
Tú eres quien decide si este polvo del camino se convierte en oro para ti.