Al terminar de leer el libro de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, tuve la duda que enuncio en el título de este artículo, y que me seguirá persiguiendo.
Cuántas de estas mentes privilegiadas y “visionarias” no han sido absorbidas y utilizadas por el mismo sistema. No somos, al final y al cabo, cada uno de nosotros esas “antorchas que arden hasta consumirse”.
Cualquier movimiento, idea, revolución, pensamiento, etc. es absorbida por el sistema, utilizada para el mercado, para que la gente se sienta libre de elegir, para que crean en esa falsa libertad que nos permiten, cuando sólo te dan a elegir entre los caminos que nos dan marcados, sólo entre las opciones que nos son dadas.
No sé, tantas cosas… quizás lo único que quería dejar era la pregunta en el aire y que la gente pensara en la realidad que le rodea. En cualquier caso, soy un tonto, la gente se “divierte”.
Pero…
“Hoy empezaremos a andar y a ver mundo, y a observar cómo la gente anda por ahí y habla, el verdadero aspecto que tiene. Quiero verlo todo. Y aunque nada de ello sea yo cuando entre, al cabo de un tiempo, todo se reunirá en mi interior, y será yo. Fíjate en el mundo, Dios mío, Dios mío. Fíjate en ese mundo, fuera de mí, más allá de mi rostro, y el único medio de tocarlo verdaderamente es ponerlo allí donde por fin sea yo, donde esté la sangre, donde recorra mi cuerpo cien mil veces al día. Me apoderaré de ella de manera que nunca podrá escapar. Algún día, me aferraré con fuerza al mundo. Ahora, tengo un dedo apoyado en él. Es un principio.”
0 MIRADAS:
Publicar un comentario